Un equipo del Imperial College de Londres ha descubierto que el comportamiento homosexual en los monos macacos está muy extendido y es hereditario. Los investigadores han llegado a esta conclusión después de observar una colonia salvaje de macacos durante tres años.
A la vista de los datos, el artículo, publicado el lunes en Nature Ecology and Evolution, sugiere que el comportamiento homosexual puede ser resultado de la evolución y una característica común de la reproducción de los primates.
Basado en observaciones y datos genéticos, el estudio refuta la creencia de que el comportamiento homosexual entre machos de la misma especie (SSB, por sus siglas en inglés) es algo raro en animales no humanos que se da solo cuando hay unas condiciones inusuales.
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Sin embargo, para Jackson Clive, del Georgina Mace Centre for the Living Planet del Imperial y primer autor del estudio, este estudio demuestra que "la mayoría de los machos se comportan de forma bisexual y que la variación en la actividad del mismo sexo es hereditaria".
Para los autores, esto significa que el comportamiento puede tener una base evolutiva y que los machos que copulaban entre sí eran más propensos a apoyarse en los conflictos.
Parece ser algo común
"Quizás éste podría ser uno de los muchos beneficios sociales de la actividad sexual entre personas del mismo sexo", comenta Clive.
"Nuestra investigación muestra, por tanto, que los comportamientos sexuales entre individuos del mismo sexo pueden ser comunes entre los animales y pueden evolucionar", concluye.
El equipo estudió 236 machos de una colonia de 1.700 macacos rhesus que vivían en libertad en la isla tropical de Cayo Santiago, Puerto Rico.
Además de observar su comportamiento y realizar análisis genéticos, el equipo tuvo acceso a los registros genealógicos y de parentesco de cada individuo desde 1956.
Tras registrar todas las cópulas de los 236 machos, tanto de machos con machos (SSB) como de machos con hembras (comportamiento de distinto sexo, DSB), constataron que el 72% de los machos practicaban sexo con otros machos frente al 46% de los que lo hacían con individuos del sexo contrario.